martes, 24 de junio de 2008

Poema / enero, 2006 (Pretensiones)


Pretensiones

Hoy sólo quiero que me vea la noche;
nada mas quiero empuñar una copa,
una copa del seco vodka de mí.
Hoy solo quiero un brindis
entre la mano derecha y la izquierda,
quiero oírles cantar una pena.
Más tarde quiero caerme en el cuerpo,
quiero ver mi sombra embriagada, de cerca.
Hoy solo quiero vomitarme
para que mañana sea mañana;
quiero dormir en el licor de mis ojos;
quiero arrullarme en la música del verso,
creerme en el tálamo de dios.
Hoy solo quiero despertarme cansado,
quiero sentir resaca de mí,
quiero presenciar de la cabeza el dolor
y no del dolor su verdugo.
Hoy solo quiero que mi boca diga: ¡Salud!
cuando mire mi pecho y levante la mano.
Hoy no quiero decir:
“El cielo yace gris, opaco en el aire agoniza...”
Hoy sin rodeos diré:
“De mañana me vi en el espejo”.
Hoy solo pretendo otro estado,
simple, como quien pretende otro cielo finito.
Hoy, solamente, me quiero.

martes, 17 de junio de 2008

Prosa/ diciembre, 2006 ('Volver')



A propósito de nuestro capítulo 7.
‘Volver’

El amor es amar.

Julio Cortazar


Seguramente tienes un cuerpo distinto. Vienes de la distancia, de unos días que ya no pude contar con las manos. Quizá tus senos ya no canten igual y traigan ecos distintos. Como sonidos lejanos de caminante, como trovadores cantando mis viejas caricias. Quizá donde sabíamos era mejor el silencio hoy nos arriesguemos al pequeño violín. Eso haré, justamente eso y mi respiro será interminable. Interminable porque en estos días la eternidad te recorre. Te ha babeado la piel y ya no hueles a mí pero hueles a tiempo, pero hueles a un poco de olvido. No temas, pronto, con cada uno de mis dedos volveré a hacerte, a fabricarte los rincones, a coserte el olor y a beberte. Sabes que mi boca inventa muy bien la tuya cada vez que la besa porque es tu boca todo lo que mi boca un día soñó. Y sabes que mis ojos, en cambio, no inventan muy bien los tuyos cada vez que los miran porque son tus ojos todo lo que mis ojos jamás miraron.

Poema/ julio , 2006 (2) (Amohr)


Amohr

Cercano es sólo lo interior; todo lo demás, lejano

R. M. RILKE

Cómo saber si fue el Hado inefable.
Si el destino que hizo fuera, al verte,
lo que doy en olvido al dejarte:
viejo tropo, aún el Amohr es Terrible.
Cuando el último astro llovió, solo,
supe que la tierra era también el silencio
y el cantor, un caballero más de ese cielo.
Tras llegar a la muerte, velo tras velo
cayendo, la vida desnuda sola se queda
-siempre fuimos los mismos- diríamos,
sobre todo ahora que realmente somos.

Amohr, qué importa si existe la nada.
- ¡Oh, Cielo, ahora de luces antes de sombras,
de cuál jardín te arranqué, si no de los sueños!

jueves, 5 de junio de 2008

Poema/ julio , 2006 (1)(Oración)


Si ya al verme sé de antemano

que talvez mañana dicha imagen deje de ser;

que ya es el tiempo de la conciencia, el espejo y el Cielo,

jamás amor será lo que diga.

Amén.


Poema/ febrero, 2006 (Hoy tu libertad)


Hoy tu libertad


Las cosas tienden a volver a su centro,

siempre, en un tramo del terrible camino.

Entonces, Icara mía, no he sido sol,

ni soy ni seré.

Adiós.


miércoles, 4 de junio de 2008

Monólogo/ octubre, 2007 (Sobre la culpa)


Sobre la culpa.

Octubre, 2007

Y además qué hacer cuando el aire viene lleno de presagios y uno siente que comienza a respirar con el estómago, a andar con las rodillas y a pre-sentirse simplemente ansioso. Ansia genuina, ansia de nada y ojos rojos. La vida y el desbarrancadero, la felicidad y la pepita de oro del mendigo cuando la botó porque esa vez, preciso en ese callejón, tenía el orgullo en alto. Una hija loca que el tiempo celosamente cuida del río interminable y de los tigres. Los animales que están hechos de letras para ir a saltar de libro en libro mientras los amantes descansan y se miran desde el sueño como dos amores cíclope. Las sustancias que se te cuelan en los pasos porque son amigas del destino y porque son las que te nombran; el vomito que jamás tendrá nada con tu sombra porque hay que salir a ver el sol todos los días. La maldita dignidad y los silencios que salen del piso de tu casa para decirte que ahí vas, que nada ha cambiado, que el gato de tus sueños seguirá lamiéndote los pelos para hacerte más hermano de la muerte día a día. Los mismos silencios que te delatan cuando el olor a rosas y a cometas no fue suficiente para que cambiaras la cara por solo una poca de camino. Que el tamaño de la ilusión es sólo eso, y que ahora sí es posible el sueño de olvidarnos, tal vez, este domingo. Que el viento es como las piernas de la arena en el desierto, y que a veces vale la pena ser una duna con nariz fría en medio tu puta cama desolada.
Y entonces sentir, pre-sentir que tu melancolía nada tiene que ver con la ventana llena de ladrillos que te hizo llorar aquella tarde. Que más bien te la pasas del cielo a la metáfora y de ahí al ser extraño con cara de promesa que se te esconde entre los dedos. El que te augura buenos tiempos a cambio de estrellas desechadas y de estatuas que viste fugarse por los parques porque te habías fumado los ojos todo el día.
La cautela del ser finalmente desbordado porque un cerebro fabricó su arma suicida. Amor, amor recorrido de la A hasta la R pero que se vació por el suspiro interminable cuando la bestia babeó la eternidad y te dejó ver en el espejo mudo de la O.
Y qué hacer entonces cuando te sentiste al lado de otra mosca, en el aire, bailando quién sabe qué dibujos mientras la niña con el gato limpiaba la sangre de tu torpeza natural en la ventana.
Y qué hacer con la noticia fatal de los días que me restan, si los ya muertos días que pasaron
serán parte de lo que vea antes de irme; si el del Anturio es el mismo gusano del reloj y del anillo, y del día que más te quise. Y qué hacer cuando haya que tirar la cama y las estrellas y todas las angustias por esa ventana que no te deja en paz, y tirarlo todo, todo para ¡entonces! volar, o morir.