jueves, 9 de febrero de 2017



 A propósito de Charly García y su nueva obra

Photo Credit: Maximiliano Vernazza
Su primera máquina hizo pájaros, ésta no hace nada, ésta, simplemente, es La máquina de ser feliz
No hay que buscar explicaciones, a Charly se le encuentra en la filigrana de los sentidos; su generosidad es ilimitada y honesta, una vez más. Cuando el acto ha sido genuino, el desarreglo de los sentidos deviene en calma, necesariamente. Pero de ahí al hecho de dejar un testimonio -digo otro más, en este caso- en el entendido de tomar cada canción como eso, sí me parece de una generosidad inaudita ¿Por qué? ¡Porque lleva haciéndolo desde el 71!
Charly ha anidado en la cumbre de todos estos años, sin importar cuán vertiginosos hayan sido. A nada de eso le tuvo cuidado, a nada. Rockstar y poeta, siempre volvió con una melodía en el piano y un silencio esculpido y roto. Que incluso después del después, que después ya de tanto, venga, sin más reparo y nos diga que ya hemos pedido perdón y que él ha hecho la máquina de ser feliz no es más que un acto de amor.
Gracias, flaco.
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